El número de niños que juega fútbol americano ha disminuido sobre todo por motivos de seguridad. Los que lo juegan reciben en promedio 378 golpes en la cabeza por temporada. Así lo indican los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades. En el fútbol de banderita, esa cifra es de ocho.
Muchas de esas colisiones acaban en conmociones cerebrales. Al año, miles de niños padecen conmociones cerebrales por jugar fútbol americano. Las conmociones cerebrales son lesiones causadas por golpes en la cabeza que agitan el cerebro dentro del cráneo.
Estas lesiones suelen ser muy dañinas para los niños, pues su cerebro aún está en desarrollo. Muchos expertos en salud recomiendan que los niños no jueguen fútbol hasta los 14 años.
Richie Lenhart entrena tanto fútbol de banderita como americano en Pittsburgh, Pensilvania. Dice que cuando su hijo de 5 años quiso unirse a un equipo en 2019, lo tuvo claro. Su hijo empezaría con el de banderita.
“Por su edad, pasé al instante de entrenador a padre superprecavido —dice Lenhart—. En fútbol americano, tienes que estar listo para ser duro y cruel y repartir golpes y puñetazos”.
Zion Fielder, de nueve años, es el quarterback del equipo de banderita de élite Lenhart de Pittsburgh. Juega fútbol de banderita y americano.
“Las lesiones en el americano son peores —explica Zion—. Te golpean más fuerte”.